lunes, 10 de mayo de 2010

ENFERMEDADES INFECCIOSAS: AMEBIASIS

La "amebiasis" es una enfermedad parasitaria intestinal de tipo alimenticia producida por la infección de la ameba, protozoo rizópodo, este tipo de enfermedad parásita se suele encontrar en los climas cálidos y tropicales. El parásito se adquiere por lo general en su forma quística a través de la ingestión oral de alimentos o líquidos contaminados. También se puede contagiar a través de contacto directo persona a persona. Normalmente suele afectar o invadir el intestino, aunque también puede llegar a extenderse a otros órganos. Cualquiera puede contraer amebiasis; sin embargo, se presenta con mayor frecuencia en personas que hayan llegado recientemente de áreas tropicales o subtropicales, personas que viven en instituciones y hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres.

Los síntomas de esta enfermedad puede ir desde unas pequeñas diarreas hasta casos más graves, pero estos síntomas solo se detectan en un tanto por ciento pequeño de personas que una vez se les ha detectado el parásito o la enfermedad. Esta se desarrolla en dos fases:

• Fase aguda: es la más grave, y puede durar de semanas a meses. El enfermo presenta fuertes dolores abdominales y heces sanguinolentas.

• Fase crónica: puede durar años, y si no se trata puede llevar a la muerte. En este caso, se alternan diarreas leves con estreñimiento.

Si la enfermedad se agrava, se pueden perforaciones del intestino o amebiasis cutánea (úlceras alrededor del ano cuando la disentería amebiana es muy intensa) o la formación de abscesos en el hígado, los pulmones, y con menos frecuencia en el corazón; en casos raros puede incluso alcanzar y lesionar el cerebro.

Diagnóstico:

Las infecciones humanas asintomáticas son usualmente diagnosticadas con la demostración directa de los quistes del parásito en las heces. Existen métodos de flotación y sedimentación que permiten recobrar los quistes de la materia fecal y con el uso de coloraciones se permite la visualización de los elementos parasitarios en el examen microscópico. Debido a que los quistes no son expulsados continuamente, puede ser necesario realizar un mínimo de 3 muestras para su determinación. En las infecciones sintomáticas, la forma vegetativa puede ser observada en las heces frescas.

Los exámenes serológicos existen y la mayoría de los individuos resultarán positivos para la presencia de anticuerpos, tengan o no sintomatología. Los niveles de anticuerpos resultan mayores en pacientes con absceosos hepáticos. La serología empieza a ser positiva unas dos semanas después de la infección inicial.

Los procedimientos más recientes incluyen una prueba que detecta la presencia de proteínas amebianas en las heces, y otra que demuestra la presencia de ADN de la ameba en heces. Son pruebas costosas, por lo que no son de amplia distribución.

Las infecciones ocurren tanto en el intestino y (en individuos con síntomas) en el tejido intestinal y/o hepático. El tratamiento para la infección amebiana intestinal asintomática en las regiones no endémicas, se basa en los medicamentos que tienen acción amebicida en el lumen del intestino, como el furoato de diloxanida, el iodoquinol, la paramomicina. En la infección moderada o severa y en la infección extraintestinal se utiliza el metronidazol (o tinidazol) más un amebicida luminal. En el tratamiento del absceso hepático amebiano se utiliza el metronidazol y en casos raros en que falla esta terapia se adiciona cloroquina al tratamiento.



Síntomas de la amebiasis:

Sintomatología:

Diarrea 53%
Diarrea Mucoide 6%
Diarrea Sanguinolenta 6%
Diarrea Mucosanguinlenta 3%
Flatulencia 68%
Fiebre 35%
Dolor abdominal 76%
Dolor de cabeza 6%
Nauseas 3%




Prevención:

• Tratamiento de aguas con cloro y sistemas de filtrado para la eliminación correcta de aguas residuales.

• Las prácticas sexuales anales, deben retrasarse hasta una completa recuperación.

• Educar a la población general con relación a la higiene personal, eliminación de las heces en los lugares adecuados, así como también a lavarse bien las manos después de cada evacuación y antes de preparar los alimentos.

• Hervir el agua antes de ingerirla para eliminar los quistes que puedan contenerse en ésta.

• Lavar bien las frutas y sobre todo las hortalizas, ya que estas son las más propensas a contener quistes, por su contacto con el suelo.

• Erradicación de poblaciones de moscas, ya que estas pueden transportar los quistes de un lugar a otro.

• Supervisión continúa de las organizaciones de salud pública a las personas que preparan alimentos en los lugares públicos así como la limpieza general de los locales.

• Realizar coprológicos a todos los integrantes del círculo familiar a que pertenezca un individuo afectado.

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